¿qué cambió realmente de habitar esta casa? estamos atravesando un proceso de reconciliación con las circunstancias
es un hecho que nuestras vidas transcurrirán más tiempo en casa por estos días, y eso es como estar a merced de un fuerte caudal sin poder ofrecer la más mínima resistencia a que nos arrastre, gozamos más dejándonos ir y ver lo que venga por este nuevo orden acuartelado
entonces, en esta casa transcurre todo por estos días, este es el nuevo molde de la historia reciente; coexistiendo con los muebles, los objetos, las otredades. oscilamos entre la ansiedad y la tranquilidad habitando este recinto, caminando sus proporciones todo el día, parece ser que ningún espacio se desprecia
suelen ser más recurrentes los caminos hacia la cocina, para tomar el café de la primera hora que nos rebota en la sala para conversar, descubrir la novedad de nuestro descanso, respirar la frescura de haber nacido un día más, estirar la espalda, las piernas y volver a donde comenzamos para hacer desayuno. de golpe entramos a un bucle, fruto de la preocupación, como es de esperarse de una situación de incertidumbre y nos hallamos caminando de un lado a otro, bordeando la sala y el comedor
– salta a la mente la posibilidad de abrir la puerta y tomar un rumbo pero ya no es una opción inofensiva –
el paradigma hace prioridad el cuidado físico y mental, oportunidad para darnos cuenta de que usualmente no llevamos en consecuencia la prioridad que hoy nos alarma; de nosotros, de los nuestros y de los demás. Este cuidado nos reclama tiempo, una dedicación, un detalle, y en el ánimo de atender al todo surgen las rutinas: series de acciones concienzudas
el contacto con lo externo (y los externos) se ha acomodado a las pantallas y a la larga distancia. en esta ausencia de lo externo, la casa se ha vuelto nuestro campo de recreo
en esta ausencia de lo interno, en nosotros mismos podemos encontrar refugio
…
algunos dicen que lo mejor que podemos es no hacer nada
como si hubiese poco por hacer
como si no hubiese nada por cambiar
…
el tiempo se derrite entre el poco y ningún afán
la semana pasada tuvo tres domingos seguidos
la cocción a fuego lento y ningún afán